BOTOX : LA FIESTA CONTINÚA
La toxina botulínica sigue siendo la reina de la medicina estética, treinta años después de su primer uso cosmético
BOTOX : LA FIESTA CONTINÚA
El secreto del éxito de este tratamiento con la doctora Carmen Casado, de Clínicas Dorsia
Se reunían en mansiones, celebraban fiestas privadas en las que el botox era la excusa y el verdadero protagonista. Se trataba de pasarlo bien y de invitar a las amigas a una inyección. Eran ricos, eran famosos y, cómo no, estaban “a la última”. Celebraban lo que después se llamó la fiesta del botox, un homenaje a la toxina botulínica, que parece llegar hasta nuestros días.
Ocurrió en Estados Unidos en los años 90 y ,hoy, en la segunda década del 2000, la fiesta continúa, aunque controlada: el uso estético de toxina botulínica está sometido a control médico y se administra en su lugar natural, las clínicas. Aunque le han seguido el ácido hialurónico, el plasma rico en plaquetas y otros inyectables, sigue siendo el número uno de la medicina estética. Lo acaba de confirmar la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética, ISAPS, cuya encuesta de 2017 arroja casi cinco millones de procedimientos con esta sustancia, concretamente4,931,577, con un incremento del 1% con respecto al año anterior.
¿Cuál es el secreto?Para la doctora Carmen Casado, la durabilidad del tratamiento y su efecto inmediatoson las claves de su éxito. Con un pinchazo indolorose consigue eliminar las arrugasy evitar su aparición en unos seis meses aproximadamente, y lo que es más relevante, sin tener que pasar por el quirófano. Mientras duran los efectos paralizantes de la inyección sobre la musculatura del rostro, la piel se mostrará lisa y sin pliegues, lo que supone un efecto rejuvenecedor.
Un aspecto clave de su “magia “, es que si se infiltra con la regularidad debida, según se la pauta médica, con el paso de los años el músculo tratado, al dejar de contraerse, será “reeducado” , lo que paralelamente producirá una disminución de la aparición natural de las arrugas. Así , explica la experta, se podrá espaciar su uso o incluso prescindir de él.
Otra ventaja , según la especialista de Clínicas Dorsia, es su óptima combinación con otros productos del arsenal de medicina estética que en la actualidad compite con los resultados de los cirujanos en los quirófanos. El botox, llamado así por su primera denominación comercial, se complementa con estimulantes de colágeno, voluminizadores, peelings e hilos reposicionadores en los llamados liftings no quirúrgicos. Aclara Carmen Casado que los signos del envejecimiento no terminan en la aparición de arrugas, sino que nacen también de los cambios en la estructura interna de la piel. A la pérdida de fibras de colágeno y elastina hay que sumar la de volúmenes grasos.
En este sentido, la médico estético admite que ,a partir de cierta edad, quizá haya que abandonar el botox,puesto que las claves a la hora de pautarlo no tienen que ver con el estado visible de la piel, sino con la fuerza muscular y la adherencia de la misma. Ambos aspectos se van perdiendo a lo largo de los años.
También son importantes los matices en relación al intervalo de reposición del producto. Si hablamos de pacientes con arrugas visibles sin gesticular, sería más indicado volver a inyectar a los 4 meses, hasta que las arrugas solo fueran visibles durante la mímica. A partir de este momento podrían tratarse cada 6 meses. En el caso de personas en las que las arrugas solo sean visibles cuando fruncen el ceño o contraen el rostro, el intervalo seis meses entre sesión y sesión resulta perfectamente válido. Incluso, puntualiza Casado, con el tiempo habrá zonas que no necesiten tratamiento.
Sobre recientes sucesos relacionados con una mala administración del botox, Carmen Casado aclara que en las concentraciones y dosis que se manejan en belleza y, si no existe contraindicación en la historia clínica del
paciente ,no es posible que se den sobredosis ni complicaciones graves.
No se debe, por lo tanto , echar la culpa al botox, nombre, al que despectivamente, explica la doctora, se achacan los malos resultados voluminizadores de sustancias empleadas ilegalmente como la silicona, e incluso algunos implantes reabsorbiles: “es como un fondo de saco en el que cabe todo por ser el tratamiento más conocido”.
Carmen Casado es médico estético de Clínicas Dorsia
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