HIDRATAR Y LIMPIAR ‘SIN PARAR’
El frío, el viento y los cambios de temperatura propios del invierno resecan mucho la piel, por lo que resulta interesante hacer una ‘cura’ de hidratación “aportando ingredientes activos con componentes humectantes que ayuden a mantener las reservas de agua en la piel”, explica Eva Raya, co-creadora de Alice in Beautyland. Alexander Scholz, creador deMUTI, matiza: “te ayudarán en tu propósito la glicerina, la urea, las ceramidas o el ácido Hialurónico, activos esenciales para evitar la pérdida de agua transepidérmica”.
¡No descuides la limpieza! Con la llegada del buen tiempo pasaremos más tiempo al aire libre, lo que es una gozada… con una consecuencia indeseable: la exposición a la contaminación, uno de los agentes pro-envejecimiento más eficaces. Aplícate con la limpieza mañana y noche “y emplea productos suaves, específicos para pieles sensibles, que respeten el manto lipídico y retiren los desechos sin resecar la piel”, puntualiza Eva Raya.
Es un momento ideal para incluir en la rutina facial un serum que cree un escudo protector contra la polución y que refuerce la función barrera de la piel.
CAMBIA DE MAQUILLAJE
Las bases fluidas son fabulosas en invierno, pero en primavera y verano tienden a favorecer la aparición de brillos y resultan poco confortables a lo largo del día, sobre todo si sudas. El maquillaje mineral en polvo representa una buena alternativa, puesto que “es ligero, deja que la piel respire, no tapona los poros y queda muy natural. Además, ilumina muchísimo la piel y se reaplica fácilmente con la ayuda de la brocha”, comenta la co-creadora de Alice in Beautyland Eva Raya.
¡USA PROTECCIÓN SOLAR!
La pauta más recomendada por todos los dermatólogos del mundo en toda época del año se vuelve im-pres-cin-di-ble a partir de ahora. Ojo: es preferible usar un factor de protección ‘bajo’ (30 es ideal) que uno más alto. El Dr Marko Lens, autoridad mundial en envejecimiento y cáncer de piel y creador de Zelens, da sus razones: “Subir el SPF a 50 implica añadir muchos más químicos por ganar unos minutos más de protección. Lo importante es que se respete la regla de oro con los solares: reaplicar después de un par de horas y tras el baño, la sudoración o el secado con toalla. Como dermatólogo he asistido a muchos casos de cáncer de piel en personas que usaban su SPF50 religiosamente. ¿Fallaban los protectores? No, el problema es que, al llevar un fotoprotector tan alto, la gente tiende a olvidar el protocolo de aplicación. Esto es lo que marca realmente la diferencia”.
¿La protección más segura? La que ofrecen los filtros solares físicos (óxido de zinc y dióxido de titanio). Éstos “tienen la ventaja de ser bio-degradables y los únicos permitidos en la cosmética natural”, cuenta Eva Raya. “El óxido de zinc es especialmente útil para bloquear los rayos de sol de onda larga UVA, mientras el dióxido de titanio protege contra los rayos UVB y los rayos de onda corta UVA, por lo que la combinación de ambos ofrece una protección muy segura. Además, permanecen en la superficie de la piel sin penetrar en ella, no absorben los rayos de sol sino que los reflejan”.
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