MÁS ES MEJOR La máxima ‘menos es más’ funciona con acierto en muchos aspectos de la vida, pero ¡no en lo que se refiere a la aplicación solar! La cantidad correcta para proteger un brazo, por ejemplo, es una porción de fotoprotector tan grande como una moneda de dos euros. Para el cuerpo completo deberías usar 11 cucharadas de producto cada vez, idealmente. De modo que si te sobra medio bote de protector solar al final del verano es que has hecho algo mal, porque ¡deberías haberlo terminado en 4 días!
NUEVO AÑO, NUEVO FOTOPROTECTOR Siguiendo esta lógica, tendrás que desterrar el hábito de ‘reciclar’ los protectores de año en año. Las fórmulas se mantienen estables durante un tiempo limitado, a partir del cual pierden sus propiedades protectoras.
TOTAL LOOK SOLAR El pelo sufre ¡y no poco! los estragos de la radiación. Además de usar fotoprotector capilar, acuérdate de ponerte un sombrero (de paso evitarás que se te queme el cuero cabelludo), gafas de sol y… ropa oscura. Un consejo que nos llega directamente desde las zonas desérticas, donde los habitantes han aprendido por experiencia que los tonos oscuros y densos bloquean la luz solar y disminuyen su nocividad. No es muy sexy, lo reconocemos, pero una quemadura solar lo es aún menos.
ESTAR EN EL LUGAR CORRECTO EN EL MOMENTO ADECUADO A lo largo del día, pasas más tiempo de lo que crees al aire libre. ¡Es lo más apetecible cuando llega el buen tiempo! En este escenario de placer urbanita, es probable que protejas tu rostro pero te olvides del cuerpo. Intenta evitar la calle durante las 12 y las 17, cuando el sol está en su punto álgido. Si aún quieres formar parte de la ‘vida pública’, no olvides aplicarte crema solar en las áreas expuestas (hombros, cuello, escote, brazos…) y reaplicar a las dos horas. Verás cómo la calle te sienta todavía mejor.
VUELTA Y VUELTA, SOMBRA Y ¡A REPETIR! Nuestro último consejo es que te des un descanso de la toma de sol cada media hora. Visita la sombra regularmente y, durante las vacaciones, date un día de ‘vacaciones del sol’. Esta rutina te ayudará a favorecer la regeneración de la piel y a mantener un bronceado saludable. La pantalla solar se debe retirar perfectamente cada noche e hidratar generosamente a continuación para evitar que la piel se seque y descame.
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