¿CÓMO DIFERENCIAR UN BUEN AOVE?

 

¿CÓMO DIFERENCIAR UN BUEN AOVE DE UNO QUE NO LO ES?

6 claves para hacerlo como un auténtico gourmet de la mano de Palacio de los Olivos

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es uno de los ingredientes más valiosos de nuestra despensa. Sin embargo, no todos los aceites son iguales y, a menudo, lo que parece una buena elección… no lo es tanto. Para sacar todo el partido a este oro líquido, es clave fijarse en algunos aspectos para reconocer un AOVE de calidad:

1. Etiqueta. El primer filtro de calidad. Un buen AOVE siempre lo dice alto y claro, con las palabras “virgen extra” (no solo “aceite de oliva”) y, menciones como “cosecha temprana”, “extracción en frío”, También es una buena señal que aparezca la variedad de la aceituna (picual, arbequina, hojiblanca…), y por supuesto, el origen del aceite.

2. Color del envase. La luz deteriora el aceite. Por eso, los AOVEs de calidad nunca vienen en botellas transparentes. Lo ideal es que estén en vidrio oscuro, lata opaca o bag-in-box, que protegen el contenido de la luz y ayudan a conservar sus propiedades durante más tiempo.

3. Aroma: verde, fresco, con matices. Un AOVE de calidad huele a agradables aromas frescos de la naturaleza, a aceitunas verdes, a hierba recién cortada, a tomate y otras hortalizas frescas, a almendra y otros frutos secos, a frutas y hierbas aromáticas.. dependiendo de la variedad. Si no huele a nada… o huele a rancio, metálico o graso, no es buen aceite.

4. Sabor: amargo y picante son virtudes. Sí, un buen AOVE - a diferencia de aquellos sin carácter, planos-  suele tener un punto de amargor y picor. Es una señal de que está cargado de polifenoles, los antioxidantes naturales que le dan sus propiedades saludables.

5. Precio: no puede ser demasiado barato. El proceso para obtener un buen AOVE es exigente: requiere buena materia prima, cosecha temprana, extracción cuidadosa y trazabilidad. Si ves un litro de “virgen extra” a un precio sospechosamente bajo, es probable que no sea lo que promete.

6. Confía en productores que apuestan por la calidad. Marcas que cuidan todo el proceso —desde el olivar hasta el etiquetado— suelen ofrecer un aceite mucho más fiable y auténtico. Un buen ejemplo es Palacio de Los Olivos, cuyo AOVE ha sido reconocido a nivel internacional por su sabor, su riqueza en polifenoles y su trazabilidad impecable.

 

Palacio de Los Olivos: salud, sabor y premios internacionales

Palacio de Los Olivos es una referencia imprescindible, desde su finca Los Palacios, en Almagro (Ciudad Real), la familia Mora produce uno de los AOVEs más premiados del mundo, con ocho años consecutivos como nº1 en variedad Picual y cuatro como el nº1 en Arbequina.

Su secreto está en el cuidado exhaustivo de cada paso, desde el cultivo en tierras volcánicas ricas en nutrientes hasta la extracción en frío tras una cosecha temprana. El resultado: aceites complejos, vivos y equilibrados, pensados para quienes buscan salud, sabor y autenticidad en cada plato.

  • Variedad Picual: con cuerpo, muy afrutado en nariz y boca, y notas positivas de amargo y picante equilibrados, con matices que recuerdan a hierba fresca, planta de tomate, kiwi y hierbas aromáticas.

 

  • Variedad Arbequina: muy aromático y más suave y delicado de sabor, que desprende notas de cata que recuerdan a la alcachofa fresca, a las manzanas verdes, con regusto de almendra verde, plátano y manzana y frutos rojos
 


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